EL DINERO PUEDE COMPRAR LA FELICIDAD > Y DE HECHO LA COMPRA.

 

No cambia tu destino.

No te hace mejor persona  … pero no serías la misma persona si tuvieras tres ceros más en el banco.

Esto es así.

Y luego ya si quieres entramos en detalles.

 

No sé si tu sitio web se parece a ti y tienes una comunicación de marca increíble y no paras de enseñarle a todo el mundo tu web.
 

 

Si sientes orgullo de lo que estás haciendo o si te planteas que podrías hacer algo diferente.

Si tu agencia entiende lo que es tu producto y por qué te da más problemas de los que te quita…

Pero yo hace hace 11 años era la social media manager de Microsoft España y veía todos los días muchos llantos en el despacho. Era un despacho compartido no te vayas a creer. Un despacho por el que desfilaban oportunidades que no sabíamos agarrar.

Teníamos pasta, tiempo y un equipo con el mejor talento -de por lo menos la planta Cuarta- de ese edificio en Pozuelo de Alarcón. Teníamos una de las tres marcas más conocidas del planeta y sin embargo algo no funcionaba.

Yo solía justificarlo todo con razonamientos lógicos.


Aprendizajes.

 

Cosas que sabía del master pero ay … la vida no es master… la vida va por libre y eso de la lógica le da bastante igual.

Entonces un día recibí la llamada de un jefazo que estaba en Londres para que sacáramos una campaña en España que se había lanzado ya Francia y Alemania. Era replicar contenido y salir.

Cuando vi la campaña me di cuenta de que en España una palabra con doble significado era una alarma de esas que saltan en los barcos justo antes de irse a pique. De esas que te deja sordo, de esas imposibles de ignorar.

 

 

¿Te acuerdas del Mitsubishi Pajero?

Pues eso. En el equipo había opiniones diversas, el que no tenía sentido del humor pensaba que no era para tanto, que “él ni lo había visto así”.

El jefe se preocupaba de la pasta que suponía retirar la campaña, los de diseño que tenía que salir porque tenía los gráficos más increíbles que habíamos sacado y los programadores que les viniéramos con la solución y les dejáramos de dar la turra.

La campaña salió y se montó una crisis de comunicación.

Esa incapacidad para ver lo obvio incluso con tantos ojos revisando el trabajo y ese nerviosismo que se huele cuando todo está a punto de estallar dio lugar a una catástrofe comunicativa.

Yo hablé con mi jefe para evaluar aprendizajes y evitar que algo así pudiera volver a pasar.

En los tres meses que siguieron a esa conversación yo me dediqué a intentar comprender qué había dado lugar a que se tomase una decisión final poco acertada y me di cuenta de que los decisores no tuvieron la culpa. 

Cuando hay muchos criterios en flujos de trabajo de este tipo, el trabajo se complica.



 

Y ahí entendí la importancia de que tu comunicación no sea una comunicación parcheada.



Trocitos de recomendaciones pegadas. De distintos expertos en distintas áreas con opiniones distintas sobre tu marca.

Esa amalgama da lugar a incoherencias y riesgos a la hora de transmitir tu mensaje se carga tu mensaje.


Y lo peor que le puede pasar a un mensaje es que no llegue al otro.
 Eso es como tener un agujerito en el bolsillo.

No sabes la de dinero que se te va por ahí.

La de oportunidades.

La de clientes que llegan a tu web- escaparate miran y se van.

Cuando ya has hecho lo más difícil.

 

Has creado un producto único, lo has validado en el mercado, has generado comunidad y ¿ahora qué? Ahora vas y lo matas. Pues eso le pasa a muchos negocios con la mejor intención y años de experiencia.

Con equipos grandes llenos de personas que saben.

Por eso creo que es importante entender que la lógica no salva los negocios porque nuestras acciones no se basan en lo racional y que a veces es importante entender cómo funciona nuestro cableado cerebral para vender con tu marca.

 

Yo aplico métodos que investigan la parte antropológica de los compradores, esa que no ha cambiado desde el principio de los tiempos. La que nos mueve, la que nos saca de quicio o nos hace sacar la tarjeta de crédito. Investigo, entiendo al target que quieres alcanzar y reviso los procesos para que no haya resistencias en el viaje del consumidor hasta la el carrito de tu web.


Si si has llegado hasta aquí estás a una decisión de tener una empresa de la que te sientes orgulloso.

Esa que tienes en mente. Sin líos, sin equipos de 12 personas remando en direcciones opuestas porque cada uno prioriza su área.


¿Sabes lo difícil que es luego juntar todo eso?


Yo creo un producto unitario con la coherencia necesaria para que el que está al otro lado reciba el mensaje de forma clara.

Hago esto revisando tus flujos de trabajo e investigando mucho a tu target. Me meto en foros para saber con qué palabras se expresa y qué es eso que le quita el sueño por las noches. Nada de retratos robot. Las personas compran cosas que reafirman sus creencias. Un mensaje o un bolso.

Compran por sus puntos de dolor, te contratan o compran por lo que desean evitar que les ocurra.

Y después de tener esto claro te entrego una estrategia y una hoja de ruta con acciones para ir implementando. Un plan ordenado por acciones y tiempos en los que deben ir ocurriendo.

Es aquí: maria.munoz@falloderaccord.com
las 3000 palabras me han sabido a poco, quiero leer más

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