Somos el niño del sexto sentido
Somos como el niño del sexto sentido:
Solo vemos lo que queremos ver.
¿Por qué digo esto? >>
Una cosa es lo que decimos y otra lo que termina entendiendo el receptor. En este caso, siempre se ha indicado que era la película de 2009 y en los cines se ha publicitado como reestreno, hasta en el póster incluye la frase: «El fenómeno mundial vuelve a los cines», pero las ganas de Avatar 2, la falta de atención y el dejarse llevar por las masas ha hecho que muchos terminen confundiéndose.
Esto que dice Clara Castaño en su post de Linkedin (abajo ves la conversación tal y como sucedió) nos da pistas sobre nuestro funcionamiento interno.
Los datos nos dan igual
Los argumentos bien hilados nos dan absolutamente igual.
Solo creemos lo que queremos creer. Por ganas de creerlo, los procesos de atención que son más imperfectos de lo que creíamos y que somos bastante ilógicos en nuestros procesos de recepción de información, procesamiento y decisión.
-Pero la mayoría de empresas ignora esto y que trata de sobrevivir sin estudiar la experiencia de cliente en sus procesos de compra
-Pasa sin plena ni gloria por el mercado
-Con una comunicación que no impacta y en consecuencia no convence
-Cree que basta con decir las cosas para que alguien las entienda (no sabe que los demás las traducen en sus propios cerebros y les aportan su salsa personal -le dan a las palabras un significado en base a experiencias vividas con ese concepto y por supuesto una emoción atribuida a cada término. Por eso las mismas palabras significan cosas tan distintas para ti y para mí -feminismo, PSOE, Real Madrid, autónomo o familia numerosa-
La buena noticia es que cuando entiendes esto tu negocio cambia.
Si ya tienes un negocio que te da los resultados que quieres no me escribas: maria.munoz@falloderaccord.com
PD: Hace 4 meses trabajo para una chica que es campeona del mundo en fitness. Ella no ha tocado nada en su empresa y los ceros en su banco se han multiplicado en los cuatro últimos lanzamientos. ¿Qué ha cambiado?
Han cambiado las palabras de su negocio. En su web y en sus redes. Ahora esa persona que podría estar dispuesta a comprarle va y compra. Porque cree que lo que ofrece es exactamente para ella.
Antes ofrecía lo mismo y eso no pasaba.
Ha cambiado que ahora se levanta más tarde porque duerme 8h del tirón sin preguntarse: ¿por qué no vendo si tengo un buen producto?
Buen jueves