Las palomas dictan tu manera de amar en 2023

Ojo con las palomas que te van a decir como amar...

Jonathan Badeen, cofundador de Tinder escuchó una idea en una clase de universidad.

 

Hace tiempo ya de aquello, pero aquel día se plantó en su cerebro de visionario en ciernes la semilla que le haría engrosar la lista de los multimillonarios más jóvenes.

Nada le advertía de que aquel instante de lucidez le iba a hacer planetariamente conocido e insultantemente rico.

A veces la Universidad sirve para estas cosas.

El caso es que la teoría que escuchó en una clase que le cambiaría la existencia la firmaba en 1948 Burrhus Frederic Skinner, profesor de psicología y filósofo social de la Universidad de Harvard.

Su teoría principal era el condicionamiento operante. Esto es que el comportamiento está determinado por un sistema de castigo y recompensa (o refuerzo negativo y positivo).

Y con esta información dividió a las palomas del experimento en dos grupos:

1- En uno se les dispensaba comida al tirar de una palanca. El resultado era predecible y automático. Y pese a la aplastante lógica del asunto >> Quiero comida tengo que tirar de la palanca, en realidad aquello no era lo que mejor funcionaba.

 
2- En el segundo grupo la comida salía de forma aleatoria.

A veces si tiraban de la palanca.

A veces cuando no tiraban.

A veces tiraban y no salía.

Y esto, les volvía locas.

«Esto es lo que es Tinder«, dijo Sales.

«Es como si la paloma se convirtiera en jugador, porque cuando picotea y consigue comida, se aburre, así que picotea y picotea, no sabe cuándo va a conseguir la comida. Puede que lo consiga, puede que no. Simplemente quiere jugar al juego», añade.

El Swipe hacia la derecha genera un efecto adictivo que se basa en el mismo principio que opera con las máquinas tragaperras.

¿Y si ahora es cuando gano?

Es un juego que alimenta nuestro sistema de recompensa, queremos jugar no tanto encontrar pareja.

Aquí se descubrió que esperar un premio (en este caso la dopamina y la sensación de aceptación que provoca tener una coincidencia o Match) es más interesante si el azar lo envuelve todo.

Nuestro cerebro es curioso y busca que le sorprendan constantemente, estamos hechos así desde el principio de los tiempos. Por eso conviene saber cómo es nuestro cableado interno para entender que no respondemos a patrones lógicos.

Quien lo conoce puede anticiparse a los comportamientos humanos.

Da igual en qué ámbito, en el de las relaciones personales o en la venta: Todo está relacionado como decían en la inquietante serie de Dark.

Y de PD os dejo datos que me resultaron curiosos al hacer la investigación para escribir este mail:

* El 42 de las personas que usan la plataforma -no que se la bajaron alguna vez, que la usan- ya están en una relación.

* El 22% de los chicos que están en una cita usan la app para encontrar a otra persona.

   La mitad de los millennials utilizan este tipo de aplicaciones sin la intención real de contactar (ni siquiera con un       mensaje) con aquellas personas con las que habían obtenido un mayor porcentaje de coincidencias.

* 4 de cada 5 no recuerda el nombre se su último Right Swipe.

No sé si consideras que Tinder solo es para encuentros casuales o si tienes otra experiencia. Si la deriva actual solo está sembrando las bases de lo que viene o si tienes alguna historia propia con el uso de esas apps que nos dé un poquito de esperanza en las tecnologías como vía para llegar a vivir historias interesantes.

Me escribes aquí y me cuentas: maria.munoz@falloderaccord.com