¿Qué esperar?

Lo único valioso que hoy puedo hacer por ti es darte algo útil e ir al grano en el proceso. 

Algo que una búsqueda en Google ni Chatgpt no pueda darte.
Y hacer esto en el menor tiempo posible. 
 
Mucho valor en poquito tiempo. 

 

 

Hace unos años la barrera de entrada en el ecosistema de Internet para un negocio era mínima. Sin mucha idea ni estrategia hacías una página web y tirabas millas. 
 
Con un poco de suerte vendías y sostenían un negocio que te permitía vivir. 

Hoy para vivir de internet tienes que estar hecho de otra pasta.

  
Si eres bueno diseñando tu leadmagnet y tienes claro el público objetivo, que puede pagar tu producto y que el mercado lo pide puedes empezar a generar un onboarding para que los suscriptores que captas vayan entrando en tu mundo. 
Después viene la fase de nurturing. Ahí escribes un email al día, te haces un Substack, Linkedin, Instagram o Tik Tok y vas trabajando para nutrir a esos suscriptores de contenido. Ahí derribas sus creencias, les convences de que el mercado necesita una solución, después de que tu solución es la mejor. Y si consigues mantener a esa gente en tu engranaje empieza ahora sí, la fase de venta. 
 
Aquí no debe haber fricciones. Debe ir saltando de una línea a otra hasta llegar suavemente al carrito. 
 
Tienes que saber copywriting y storytelling pero además es necesario tener talento. (La fórmula PAS sin ingenio escribiendo se queda en los post que vemos en Linkedin que lees y dices… meh). 
  
Por supuesto debes entender que ángulos persuasivos mueven al otro a la acción. Esto se aprende. Es un conocimiento contraintuitivo, jamás llegarías solo a entender esto. 
 
Tienes que tener los recursos técnicos para llevar todo esto a cabo. Landings de captación, de venta, secuencias de bienvenida automatizadas, check out…
 
Pero por alguna razón pensamos que podemos hacerlo. Que nuestro hobby nos llevará a nadar entre billetes morados. 
 
Y todo esto -espera que me dejo para el final el gran problema- con una competencia tan loca que los números nos dicen: 
 
 
El 95% de los emprendedores no tienen la mentalidad adecuada para desarrollar un negocio, según Nacho Muñoz, experto en Mindset e InfoEmprendimiento. Cifra que puede explicar porque existen estudios que apuntan a que el 90% de las startups desaparece al cumplir su cuarto año o por qué el 47% de los emprendedores autónomos que ponen en marcha un proyecto fracasa a los tres años según Eurostat, un porcentaje que asciende al 62% a los cinco años.

F
uente
 
Nunca antes ha sido tan difícil lograr atención -sin esto no hay negocio- ni que tu mensaje llegue al público que te compraría. 
 
Saber diseñar mensajes efectivos marca la diferencia entre tener un hobbie y una empresa. 
 
Pero por alguna razón todavía nos queda optimismo para emprender porque pensamos: 
Si a Isra Bravo le va bien y yo estoy en su membresía podré hacerlo. 
 
✖︎ Tú no eres Isra. Pero además no estás en su contexto. Él montó lo suyo cuando no había ni Dios en la publi de Google. 
✖︎ Puede mandar un audio y hacer que salives. 
✖︎ La web que tiene… intenta replicarla y mide resultados. 
✖︎ Su email diario: Podría mandar cualquier mierda tres veces por semana y seguiría ganando clientes por inercia. 
✖︎ Puede decir que las feministas son retrasadas y seguir teniendo mujeres que paguen mes a mes por escuchar cómo las insulta.
 
Lo que te digo: Tú no eres Isra.

Y ahora te voy a contar una cosa que me hizo detener mi proyectO...

Porque por lo visto todo lo anterior no habían sido señales lo suficientemente claras. .. 
 
Hace nada me metí en una comunidad digital. Muchos nombres que leía en internet estaban allí, muchos de los grandes compartían sus proyectos y estrategias de crecimiento.
Había gente listísima.
 
Sabían de técnica mucho más que yo y se emocionaban porque después de cantidad de trabajo y esfuerzos tremendos habían conseguido rascarle a Substack 10 seguidores en una semana.
Los demás aplaudían rabiosos y daban la enhorabuena por cortesía. 
 
Un crack de la comunidad compartió en abierto sus resultados.
 
 
Tiene miles de seguidores, lleva años trabajándose este primer lanzamiento y cuando vi las cifras (teniendo en cuenta gastos y horas de trabajo) me quedé blanca. 
 
 
Pensé que convertir lectores en clientes era cosa de unos pocos. Y los que lo lograban lo hacían con resultados que me hacían echar de menos mi nómina.  
Antes de montármelo por mi cuenta había sido Social Media Manager en Microsoft y Digital Strategist en Google. Había coordinado equipos en Lexus, Loreal, Media Markt, Ron Barceló o Air Europa.  Fui periodista en RTVE y Jefa de Gabinete 5 años en uno de los tres grandes partidos pero nada de eso me había preparado para vivir de mi negocio. 
 
Pero imagina que tienes los recursos, la tecnología, las ganas, el conocimiento y la constancia para  intentarlo. 
 
¿Sabes qué va después?
 
Después va caer bien. Que te vean como alguien capaz. Sin confianza no hay compra, eso lo sabemos.
 
Y ahí, la autoridad que tienes o eres capaz de construir lo cambia todo. 
 
 

¿La buena noticia después de tanta verdad dolorosa?

Que la autoridad se trabaja.

Que ser la mejor opción en la cabeza del que te lee es pura estrategia. 

¿Qué te propongo?
 
Más valor en menos tiempo. 
 
✅ – Te lo puedo contar en un vídeo de 45 min pero lo importante son 4 aprendizajes clave y ahí es dónde vamos directos
✅ – Podemos hacer un programa con 32 módulos pero si hago un esfuerzo te puedo dar la sustancia rica en 5
✅ – Las consultorías ayudan a centrar el foco y a clarificar la estrategia de captación, maduración, venta y postventa
✅ – Te propongo en cada post, en cada newsletter, en cada formación que hagas conmigo o en cada servicio que me compres dar solo la crema interior del bollo.

Hacer el ejercicio y trabajar mi manera de empaquetar el producto para no seguir las leyes del marketing que te dicen “Ofrece algo gratis y luego el valor”.

No, tienes que notar el valor desde el principio.
No hace falta que me creas. Lo irás viendo. 

Además creo que hoy si hay algo en internet es ruido. (Además de memes chulos y gente con un talento especial para la creatividad).
 
Si eres capaz de ofrecer tu producto despojándolo de todo artificio para ayudar al otro tienes una ventaja, no veo a mucha gente haciéndolo. 
 
Yo lo hago así por respeto al que decide darme su tiempo. 
 
Y te aseguro que trabajar en cómo te ven los demás será el tiempo mejor invertido de tu vida. 
 
Nada más. 
 
PD: Aquí propuestas: maria.munoz@falloderaccord.com