Podrás pensar que el fenómeno fan en la música se forma en torno a un tipo que entona una letra y hordas de seguidores sienten que le aman.
Pero no le aman a él. Se aman a ellos mismos escuchando algo que vivieron, y le aman en la medida en la que este tipo es capaz de recordárselo o hacérselo vivir con una exactitud milimétrica de nuevo.
-Me encanta esa canción porque me recuerda a Pili…
Claro.
A ti y a medio Madrid.
El tema es que esto pasa con todo porque la misma naturaleza humana está preñada de esta singularidad.
Amos, que somos así.
Hay un único término importante en torno al cual gira todo.
En las ventas pasa lo mismo, puedes cantar mejor, ser más elegante o deslumbrar con tus lentejuelas al jurado que si hay otro más apropiado para un cliente estás fuera.
Por eso es tan importante saber quién eres, qué ofreces y quién compra lo que tú tienes porque si no lo necesito créeme, nadie es tan listo para crear necesidades. Solo Draper, solo Donald.
El problema es que pensamos…
-Joder ya, eso ya lo sé, si yo ya tengo un avatar, un retrato robot de mi cliente, sé qué revista compra los domingos, casi le conozco…
Y no. Lo que necesitamos es conocerle de verdad. Al detalle, entender lo que no nos cuenta porque ahí está lo verdaderamente importante.
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